Revista Cal y Canto #8: Asambleas Territoriales; la nueva acción política

Solo fue ayer y ya nos parece lejano. No hay dudas de que se trató de una serie de acontecimientos inéditos, inesperados – aunque deseados por muchos- que desafió todas las capacidades de lectura y de interpretación, como suele suceder con sucesos que modifican el “curso de la historia”. Chile ya no sería el mismo luego de octubre de 2019.

El Estallido Social de octubre de 2019 fue una explosión social anti neo liberal, pero a decir verdad instaló muy pronto una disputa interpretativa: ¿Fue un estallido, una insurrección, un levanta#miento, una revolución, una “revuelta popular”? Los modos de nombrar un fenómeno social de gran envergadura, nunca son inocentes: revelan una cierta intencionalidad relativa tanto a la comprensión del fenómeno como a su proyección. Se trata de una intencionalidad legítima, pero también a veces muy interesada, donde se quiere ver lo que se desea ver. Sin embargo, el tiempo se en#carga de decantar y desechar las versiones más equivocadas o voluntaristas.

Las Asambleas Territoriales fueron una de las mayores novedades del Estallido. Se trató ni más ni menos que de la emergencia de una experiencia de asociación, diálogos y debates entre los vecinos de múltiples barrios de Santiago y de provincias. En términos generales, las Asambleas fueron horizontales y en algunos casos se recurrió a metodologías de Educación Popular con el objeto de escucharse, identificar los principales problemas de la vida cotidiana, del barrio y de la sociedad: pensiones, educación, vivienda, salud. Sobre esa base se organizaron los petitorios, las demandas y los bienes comunes deseados.

En casi todas las Asambleas el feminismo se fue instalando lenta y paulatinamente generando y provocando el debate colectivo, mientras que en otras se generaron instancias separadas de mujeres buscando mantener el diálogo con la Asamblea.

En la mayoría de las Asambleas se constituyeron Comisiones de trabajo: propaganda, formación, comunicaciones, jurídica, derechos humanos y salud. El territorio propio comenzó a emerger como un campo de acción y de elaboración política. Allí se podía reconocer la diversidad: al vecino, la pobreza ya no disimulada, el malestar por las injusticias, los efectos de la represión, la memoria del barrio y de los caídos, la esperanza en la articulación con otros y las posibilidades que podría abrir un cambio en la Constitución heredada de la dictadura.

Desde las Asambleas se reconoció la necesidad y se emprendieron las acciones para vincularse con otras Asambleas. Primero al nivel del barrio, luego de la comuna y más tarde, se avanzó hacia el nivel metropolitano. La Asamblea de Barrio Yungay (parte de cuya historia incluimos en este número) jugó un papel clave para hacer posible este proceso de encuentro que tuvo como resultado el nacimiento de la CAT, la Coordinadora de Asambleas Territoriales, que desarrolló su primer y masivo Encuentro en las dependencias de la USACH, en enero de 2020.

En este número 8 de la revista Cal y Canto, los protagonistas principales son las Asambleas Territoriales, a cuyos dirigentes, representantes o voceros entrevistamos durante el año 2020. Aquí incluimos solo una síntesis de las entrevistas, cuya versión completa alojaremos en un Archivo digital que estará disponible en la página de ECO próximamente.

Conversamos con Asambleas territoriales de Santiago: de La Florida, Villa Olímpica, Yungay, Juan Antonio Ríos, Villas Unidas, Barrio Yungay, Villa Francia y Lo Hermida. También con dos emblemáticas organizaciones de profesionales inspiradas en la Educación Popular: Casa Azul y EPES (Educación Popular en Salud).

No podíamos dejar de lado a nuestros compañeros de provincias, a quienes invitamos a nuestros Talleres de ECO y les pedimos que nos contaran del Estallido en sus respectivas ciudades: La Serena-Coquimbo, Valparaíso, Concepción y Puerto Montt.

Hoy en día, el proceso constituyente está en curso y el mayor desafío consistirá en poner en marcha un proceso de elaboración colectiva de una nueva Constitución que fije los deberes del Estado para con la ciudadanía, así como las reglas del juego que aseguren una efectiva democracia. Este será un ejercicio complejo, ya que se trata de generar leyes, instituciones y procedimientos que nos hagan más iguales en derechos y deberes admitiendo que no lo somos en el campo económico ni social. El capitalismo genera desigualdad, la democracia genuina tiende a la igualdad de tal modo que el ejercicio democrático debe tener un efecto correctivo. Pero claro, se trata de algo más que la democracia representativa que conocemos: se trata de la construcción de relaciones de poder basadas en la expresión, la voz y la participación del pueblo en los más diversos espacios; una forma de acción política que empezó a construirse en las Asambleas Territoriales. Dicho proceso lamentablemente fue interrumpido por la Pandemia, pero habrá que tenerlo en cuenta cuando haya que recordarle a los constituyentes que el secreto no está en el tecnicismo de la ley, sino en los sentidos éticos y colectivos que deben organizar la nueva Carta Fundamental.

Una conocida canción durante la Unidad Popular decía en su estribillo: “porque esta vez no se trata de cambiar un presidente, se trata de construir un Chile muy diferente…” Pues, tomando la posta histórica podríamos decir que esta vez no se trata solo de cambiar la Constitución sino de iniciar con leyes nuevas, la construcción de un Chile muy diferente.

Mario Garcés Durán – Director ECO Educación y Comunicaciones 

Lee: Revista Cal y Canto N° 8  (6MB)

 

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