Desde fines del año 2010 y durante todo el 2011, ECO ha venido retomando el trabajo con jóvenes, específicamente con organizaciones juveniles de Educación Popular. Esto, atendiendo al hecho indiscutible de que, sobre todo a lo largo de la última década, los actores juveniles se han posicionado como importantes agentes movilizadores, tanto a nivel local (barrio, población, comuna) como a niveles nacionales (caso de las movilizaciones estudiantiles).

Fue especialmente durante el año 2011 que los jóvenes, sobre todo los estudiantes secundarios y universitarios, adquirieron una visibilidad y capacidad de convocatoria no conocidos, logrando (re)instalar entre la sociedad civil los problemas que encierra el sistema educativo en particular, y, más importante aún, dejando al desnudo las debilidades e inconsistencias del sistema neoliberal en Chile. En el fondo, lo que los jóvenes secundarios y universitarios estaban develando –sumados a otros movimientos, como el ecologista y mapuche- era la crisis de legitimidad del sistema político, frente al cual levantaron una serie de demandas hasta hoy insatisfechas.

Es en el entendido de que en el Chile actual, una de las fuerzas sociales más importantes de este último tiempo la constituyen los jóvenes, que ECO ha resuelto recuperar el trabajo de Educación Popular con organizaciones juveniles. Esto, como una forma de apoyar y fortalecer, desde su experiencia acumulada, a quienes hoy por hoy se posicionan con sus preguntas, discursos y prácticas, actores clave en nuestro devenir.

Ahora bien, la apuesta por la Educación Popular y la cultura popular juvenil no es nueva en ECO. Desde sus inicios como organización, ésta se asumió como punto de partida en la necesidad de (re)inventar las formas con que los sectores populares podrían reconstruir el tejido social en el contexto de dictadura (años ’80), a la vez que favorecer la constitución de sujetos populares en y desde sus territorios. Si bien se trata de contextos sociales y políticos distintos, hoy para ECO la Educación Popular y la valoración de la Cultura Popular Juvenil son fundamentales en el intento de fortalecer instancias colectivas de transformación y apoyar a los movimientos sociales actuales.

Ha sido a partir de la experiencia de ECO con jóvenes, y de un trabajo exploratorio realizado a finales del año 2010, que se ha podido identificar un interesante y diverso universo de prácticas juveniles cuyo sentido es la construcción de “otras formas” de hacer política, a partir de organizaciones, redes, colectivos culturales, que asumen su quehacer como práctica transformadora. Sobre esa constatación, y en un contexto marcado por el cuestionamiento general del sistema político chileno y las movilizaciones sociales, es que ECO ha optado por recuperar el trabajo con Jóvenes y Educación Popular.

Sin embargo, esta gran diversidad de experiencias y prácticas de Educación Popular y Cultura Popular, se desenvuelve en medio de una manifiesta fragmentación, lo que impide propiciar espacios de intercambio, especialmente para compartir problemas en común, cuyas magnitudes y pesos son variados. Así, detectamos nudos problemáticos estructurales relativos al nuevo contexto social y político en que vivimos (a nivel local, nacional y mundial) y cómo éste afecta el desenvolvimiento de las iniciativas locales; al sentido político de lo que se hace; al impacto de aquello que se hace y su proyección en el tiempo y en los propios espacios populares. Además, identificamos dificultades que, aunque más particulares, son tanto o más importantes que aquellos dilemas más profundos recién señalados, sobre todo en el entendido de que es con éstos que las organizaciones lidian diariamente, como es el caso del financiamiento, el tipo de organización interna (horizontal, jerárquica), la forma de tomar decisiones, entre otras. Es en ese contexto que ECO apostó por abrir un espacio de intercambio de experiencias y puestas en común, en el marco de talleres de Educación Popular y Cultura Popular Juvenil.