En el marco de los Talleres Movimiento Social ECO, quincenalmente nos reunimos a debatir o reflexionar sobre la coyuntura social y política. Esta sesión, recoge distintas apreciaciones en el escenario post Elecciones Primarias Presidenciales del 18 de Julio en el marco del Proceso Constituyente en curso.
¿Dónde está la pelota? El derrotero constituyente, electoral, social y político.
Angélica: Creo que el camino a la presidencial está muy incierto. Incluso para Boric porque hay gente que lo encuentra demasiado joven y tampoco sabemos si es que realmente hay equipos para gobernar. No sé si la “Ñuñoización” de la política da para hacerse cargo del país completo.
Mario: Yo creo que hace falta escuchar más a los jóvenes, porque los más viejos venimos de una cultura de izquierda que es limitada, que tiene sus contornos y ya nos hemos equivocado.
Después de este último resultado electoral, también estaba convencido de que ganaba Jadue y Lavín.
Pedro: Es que con la velocidad que tienen los procesos que están ocurriendo hoy día, yo creo que a todo el mundo le cuesta hacer una lectura. Lo que pasa en las encuestas es una cosa, lo que pasa en redes sociales es totalmente diferente y hay muchas personas que se alimentan de esto. Lo mismo pasa con los medios de comunicación, que depende de quién los tome o los lea. Son espacios necesarios claramente, pero sí tienen esta doble lectura que puede traer algunas consecuencias.
También con el tema de los independientes, que creo que es un tema que hay que analizarlo y tenerlo en consideración porque incluso para las elecciones de constituyentes, hubo una tendencia por desmarcarse de un partido político, aunque igual tenían el apoyo de un partido o de una bancada. Entonces opera allí una suerte de letra chica a la que hay que estar atentos.
Juan: Solo para comentar estas primarias, es interesante ver que en estas elecciones participó solo 1/5 de la gente que participó para el plebiscito. Fue muy poca gente igual. Estoy de acuerdo con que el camino electoral de este último tiempo ha sido bastante vertiginoso y si bien algunas escenas han sido muy masivas, otras han sido muy menores y pareciera que el devenir democrático o electoral no motiva igual a todas las estaciones. Y esos procesos son paralelos. Sí siento que hay un sector de la izquierda que aún no ha sido convocado y ese sector no es menor, es amplio y puede desestabilizar ciertas votaciones y eso ocurre en paralelo con una estructura de medios bastante pobre en Chile. Porque aquí no hay medios públicos y tampoco tenemos esa tradición, por lo tanto no tenemos a quién o qué pedirle a los medios de comunicación en términos de análisis en torno a lo que está pasando, sino que lo que tenemos son medios acostumbrados a tirar el choque a dos tendencias y a recoger la anécdota diaria o semanal. Entonces nos está costando mucho darle valor al análisis más profundo, más que hacer fotografías de lo que pasa en la convención o en la plaza dignidad semanalmente y lo que pasa es que estamos reaccionando a los conflictos, pero no a un análisis mayor.
Paulina C.: Yo trato de ubicar todo esto en la pobla, en los sectores populares, principalmente en la zona sur de Santiago, en La Granja. Donde efectivamente no existe una comprensión de lo que está sucediendo en términos políticos. Ejemplo de ello es que en estas últimas elecciones, la cantidad de votantes jóvenes en La Granja fueron mínimos: los que votan son los mayores y en general, se trata de un voto anticomunista. Los más jóvenes están con la lucha por los presos y presas políticos de la revuelta. Muestra de ello es lo que le pasó a Boric en Santiago 1, quien fue invitado por Cecilia Astorga de la Asamblea Metro La Granja a visitar a uno de los detenidos. Eso fue un escándalo al interior de las asambleas, hubo mucha gente en contra porque además, después de esta visita vino un allanamiento muy violento. Es allí donde están las pugnas. Yo diría que estas preguntas se están dando a través de la “Ñuñoización”, que es más bien otra zona, pero de ninguna manera en los espacios populares.
Paulina Z: estaba pensando en unas líneas del artículo de Mario en las que señala que los tiempos históricos por los que estamos atravesando, avanzan más rápido que la capacidad que tenemos de “categorizarlos”. Y que pareciera ser que todas estas estructuras binarias están muy anquilosadas en nuestra episteme social, en las que parece ser que las alternativas siempre están entre dos focos: girar a la izquierda o a la derecha, poder constituyente o destituyente, lo social o lo político, etc . También es cierto que los medios no están haciendo un aporte real en términos de entregarnos reflexiones o perspectivas más profundas respecto de lo que está sucediendo y en ese derrotero, empezamos a preguntarnos por el momento en que esta estructura binaria empiece a encontrarse. Finalmente la contingencia sigue ganando. Asimismo, vemos que hay un silencio gigante de parte del poder legislativo y el ejecutivo sobre cómo van a acompañar el proceso constituyente y eso genera muchas distancias e incertidumbres.
Mario: me surge esa pregunta sobre cómo va a convivir este poder constituído más tradicional y este nuevo poder que viene con la convención. Yo también tengo la impresión de que la Convención podría ser un camino poderoso de autonomía, de ruptura, por ejemplo con el tema de los tratados internacionales. Van a haber puntos de inflexión muy críticos y ahí, nuevamente van a depender las cosas de si la Convención logra generar vasos comunicantes con la sociedad que sean suficientemente poderosos como para que se sustenten en ese poder, en el poder del pueblo. Lo peor que le puede pasar a la Convención es quedar aislada. Eso aún está en veremos, porque hasta ahora lo que ha perdido la derecha es muy poco. El tema es ¿cuánto va a pasar o cambiar? y esa pregunta está todavía abierta. Respecto de la presidencial, me preocupa que si esto se enreda demasiado, termine ganando Sichel, lo cual sería un desastre. Porque con él de presidente y una convención caminando a favor de las reformas, tenemos un país dividido.
Esteban: Aquí en mi casa nos tuvo un poco deprimidos la derrota de Jadue, no porque creyera que él significara una transformación radical en las cosas, sino que no esperaba que ganara Boric. Yo creo que lo que se traduce de esta derrota, es que si bien hay un deseo de transformación, es paulatino. Podemos decir que también nos deja un poco esa impresión de que algo más joven es transformador. El ánimo detrás de estas elecciones fue más esa imagen del “sipo apruebismo”, de una mirada del proceso como una fachada de cambios, pero que en el fondo, sigue siendo una mirada tradicional o más conservadora.
Comparto que el escenario de hoy día es extraño; por varios lados se están moviendo alianzas distintas: la alianza del PC y el Frente Amplio se está rompiendo cada vez más, el PC se quiere acercar a la Lista del Pueblo, las bases de la Lista del Pueblo se están descolgando de las dirigencias para acercarse a otros sectores, entonces es difícil prever lo que va a pasar.
Además, en la Convención hay sectores que tienen la intención de volver a tender puentes con las organizaciones, pero también las organizaciones están pasando por un periodo extraño: son menos masivas que antes, están mucho más enfocadas en el tema de los presos y presas de la revuelta, entonces la posibilidad de generar vínculos con constituyentes es compleja. A diferencia de otras veces, creo que soy menos optimista con el escenario que se viene, porque siento que se desplazó nuevamente el debate y el movimiento desde lo social a lo político institucional.
Mario: Me parece muy interesante volver a colocar el tema de dónde está la pelota, porque efectivamente creo que hoy día está más en el campo político institucional y el campo social está más debilitado o invisibilizado como para tener juego propio. Por otra parte, creo que la sociedad está más politizada.
María Luisa: Coincido en que aún es difícil ver lo que se viene. Acá también nos dolió la derrota, entendiendo que, desde el punto de vista de la gente organizada o la gente que tiene una visión política, veíamos que Jadue era como un atajo a ese Chile que soñamos y la realidad nos demostró que en la historia no hay atajos.
Lo otro es que hay un montón de situaciones y herramientas que nos faltan en este mapa de interpretación social, tenemos solo una parte de la información. Como izquierda siempre hemos tenidos solo nuestra parte de la información y siempre nos falta la información de la derecha. No hay un trabajo discursivo mayor; si se gana algo en términos institucionales o políticos es algo que hay que sostener con una organización y eso nos falta. Hasta ahora no sabemos cómo incentivar a una mayor participación territorial, comunal, social en la calle y mientras no exista esa musculatura, esta columna va andar para cualquier parte. No hay dudas sobre que este espacio constituyente se ganó en las calles, o de que efectivamente hay ciertos trabajos en los territorios, pero eso no es suficiente. Porque si bien hay feministas, mapuche, etc, todavía lo Constituyente está lejos del pueblo porque en su mayoría, los constituyentes no son gente que viene de organizaciones y de los movimientos sociales. Por ejemplo, La lista del Pueblo no puso necesariamente a gente que tuviera un trabajo territorial y eso importa y pesa a la hora de la mirada que tienen respecto de lo que se está discutiendo. Eso es lo gravitante para nosotros. Por lo tanto, hay dos veredas, la institucional y la popular y ésas siguen en carriles distintos, hay intención de juntarlas o de ayudarse una a la otra, pero hay gente que no quiere la vía institucional y eso sigue de manifiesto.
Mario: Respecto a este enojo generalizado, es algo que ha pasado en otros momentos históricos. Tengo la impresión de que en la Historia de Chile, la tensión entre lo social y lo político o el movimiento y lo institucional es permanente y el tema allí es cómo generamos las condiciones para que nos vaya bien superando esa tensión. Es cierto que hay momentos en que la fuerza de la calle es fundamental, pero esa fuerza necesita después traducirse en propuesta política y retroalimentarse con la calle, porque si no, está perdida.
Lo otro es que es muy importante aprender el tema de los tiempos, en el sentido que cuando estamos en movilización queremos que todo pase rápido y por ejemplo, entre el 18 de Octubre y el 15 de noviembre del 2019, no pasó ni un mes y la clase política chilena se vio en la obligación de reordenar todo porque estaban muertos de susto.
Recuerdo la cita de un libro sobre la revolución mexicana donde el autor señala que el problema fue que el dictador Porfirio Díaz, contra quien se levanta el pueblo en 1910, cayó muy pronto. Entonces dice, “el problema es que caminó muy rápido y al parecer, en las revoluciones como en el matrimonio, es mejor vivir períodos más largos para que sean más sólidos”. Es decir, hay que madurar la experiencia, persistir, ensayar y hacer los aprendizajes. En la revolución hay que hacer también la experiencia.
Taller ECO 5 de Agosto 2021
Edición Paulina Zubicueta Luco
Fuente: Revista Cal y Canto