ECO, Educación y Comunicaciones, fundado el 16 de enero de 1980, ha comenzado a cerrar sus puertas. Se trata de un cierre gradual, de su sede, su contabilidad, su fórmula legal y sus compromisos previamente acordados. En enero de 2024 ECO cumplió 44 años de existencia.
Hacia fines de 2023, hemos donado nuestro Centro de Documentación a la Universidad de Santiago de Chile y el 27 de noviembre nos hemos reunido con muchos de nuestros amigos para comunicar oficialmente nuestro cierre, donar nuestros materiales que manteníamos aún en bodega a diversas organizaciones sociales y conversar sobre la historia de ECO.
ECO en sus orígenes, a instancias de Hugo Villela (su fundador) se propuso constituir un Centro de Cultura Popular, con profesionales capaces de escuchar y compartir sus saberes con los grupos populares que reconstruían sus redes sociales y comunitarias en medio de la dictadura. En este contexto, sus primeras líneas de trabajo fueron: la religiosidad popular, la educación popular y la comunicación popular.
Cada línea quiso hacerse cargo de una corriente y una dinámica popular específica:
• En el campo de la religiosidad se trataba de acompañar el inédito desarrollo que protagonizaban las comunidades cristianas de base –que unos denominaban Iglesia Liberadora y otros Iglesia Popular- en donde se generaba el mayor proceso de reconstrucción del “movimiento popular” duramente golpeado por la represión y el hambre.
• Con relación a la educación popular, se trataba de una práctica relativamente nueva, presente en muchas organizaciones sociales, que buscaba generar “nuevos saberes” para enfrentar la nueva situación económica, social y política, creada por la dictadura.
• La comunicación popular, por su parte, comenzaba a denominar una práctica más nueva y urgente, contarse lo que pasaba, informar a las comunidades y grupos de base, romper el cerco informativo que la dictadura imponía a través de los grandes medios, especialmente la televisión.
Cada línea de trabajo era expresiva de continuidades y rupturas, así como de aperturas hacia nuevas prácticas en la producción del saber, las formas de comunicación y la religiosidad popular. Desde todos estos lugares se buscaba acompañar y comprender las expresiones de la conciencia popular o más ampliamente, el campo de las representaciones culturales y simbólicas de los sectores populares.
La experiencia de la dictadura supuso para los activistas y militantes sociales y políticos un permanente estado de alerta: para auto protegerse (cuidarse de la represión) pero también para comprender la nueva situación cultural y política creada por la dictadura. Era evidente que Chile había cambiado y que se vivía bajo un permanente “estado de excepción”. ¿Cuánto duraría este tiempo de excepción? ¿Se podría modificar?
En este número de Cal y Canto, incluimos las percepciones que nos compartieron antiguos compañeros que tuvieron vínculos estrechos con ECO en los campos fundacionales de ECO.
Cada campo –el de la religiosidad, la educación y la comunicación popular- evolucionó y fue constituyendo sus propios aportes al movimiento popular teniendo en cuenta dos supuestos fundamentales. Por una parte, que era el propio pueblo quien debía hacerse cada vez más protagonista de su propio destino, y por otra parte, que se requería de profesionales que pusieran sus saberes al servicio del pueblo y su proceso de reconstrucción como sujeto político colectivo. Ello suponía un “intelectual” que dejara de concebirse como vanguardia y que se hiciera parte del propio pueblcon una alta capacidad de escucha y de elaboración de sus saberes profesionales junto a las organizaciones populares.
ECO se propuso trabajar sobre estos principios y al mismo tiempo desafíos cuya vigencia parece seguir siendo altamente necesaria y pertinente en los tiempos que corren.
Mario Garcés Durán
Director ECO Educación y Comunicaciones
Descargar o leer en linea: Revista Cal y Canto 11 – ECO legado y memoria PDF 3.1M