Por Hugo Villela Guerrero.-
Uno de los efectos no deseados de la instalación de la pandemia en nuestro país, ha sido el resaltar situaciones y debilidades que permanecían bien ocultas por la rutina del día a día de la llamada clase política o “casta política” como la denomina el politólogo Diego Ancalao Gavilán.
Me refiero a la debilidad del Estado y, como parte de éste, la de los partidos políticos, unos en intento de alianza para gobernar, los otros fragmentados para ejercer el rol –sin protocolo – de ser oposición. Es una debilidad percibida en todos los análisis – aunque de modo fraccionado – tanto sobre la derecha como sobre los partidos de la antigua Concertación.
Pero las debilidades que se detectan en el Estado, como las que se observan en la casta política de los partidos, hablan de la fragilidad del sistema político chileno, que no es reciente, ni se puede atribuir al estallido de movimientos sociales de octubre pasado, ni a la llegada y posicionamiento de la pandemia en los últimos cuatro meses. Tampoco al gobierno actual que se hizo cargo del Estado, con todas las debilidades de una derecha a cargo de tal encargo público.
Pero las debilidades de la institución Estado, se arrastran desde los pactos de una débil y obsecuente oposición, negociando la salida pactada de la dictadura cívico militar.
Los pactos allí acordados a espaldas de la ciudadanía, por la ya instalada casta política, desdibujaron desde el inicio, el rol que la institución Estado tiene en toda democracia, cual es, el velar por el Interés General de todo el pueblo.
Los pactos que con el tiempo todos hemos conocido, mientras otros son secretos que se han llevado al cementerio los gestores de una democracia “en la medida de lo posible”, están en la raíz de la debilidad del Estado que hoy conocemos, de la fragilidad de los partidos políticos que envejecen, olvidando su función en la construcción de un interés general, manteniendo una forma pseudo democrática al ritmo periódico de elecciones insubstanciales de auto reproducción en el poder.
Leer el artículo completo.
El Vaciamiento 2. Los Despojos PDF 162 KB