Por Mario Garcés Durán*
En un artículo anterior sostuvimos que “estamos en medio de una pandemia con un virus nuevo, altamente contagioso y letal (…) y por otro lado, ante estrategias de enfrentamiento de la crisis, que desnudan a nuestras sociedades en sus capacidades para enfrentar la nueva situación, haciendo emerger tendencias autoritarias, que anulan a la sociedad”
Podríamos reformular parcialmente esta proposición e indicar que estamos atrapados en una brutal contradicción: Por una parte, necesitamos cuidarnos y la mejor estrategia preventiva es quedarnos en nuestras casas, o sea, el encierro, que conduce a una inevitable negación o limitación de lo social, y, por otra parte, silenciada la sociedad (o, la mayor parte de ella) tiende a predominar una sola voz: la de la autoridad sanitaria, que se constituye desde el Estado y el gobierno.
Esa “gran voz” es amplificada por los medios de comunicación, que como poder factico, aliado del gobierno y del Estado, construyen realidad reiterándonos día a día y hora a hora, lo que debemos hacer y de las medidas para protegernos, pero sobre todo nos reitera las medidas que toma el gobierno y lo que piensan y proponen las elites. Porque, en realidad, en la televisión y los medios escritos chilenos hablan y escriben las elites y sus periodistas orgánicos. Las voces críticas o disidentes son los menos o simplemente están ausentes (especialmente, los movimientos sociales, las/os trabajadoras/es organizadas/os, las feministas, las/os mapuche, etc.).
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La salud, la economía y la política en medio de la crisis PDF
*Historiador. Director de ECO, Educación y Comunicaciones. Miembro de Comité Editorial de LOM Ediciones